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Espiritualida, Filosofía, Ciencia y Matemática

Espiritualidad, Filosofía, Matemática y Ciencia

Roberto Boluffer Ogunda Lení Omo Odun Ibae, fundó El Templo Yoruba Omo Orisha de Puerto Rico, con la convicción de que nuestra religión lograría ser considerada como unas de las grandes religiones de la humanidad. Para ello, él sostenía que nuestra cosmovisión tenía mucho que ofrecerle a la humanidad. Roberto Boluffer afirmaba, de manera contundente, que nuestra religión era única y la primera de la humanidad. Él planteaba que nuestra fe tiene 4 pilares: Espiritualidad, Filosofía, Matemática y Ciencia; integrado coherentemente en un todo. Parecido a la inter-conectividad sencilla-compleja de la molécula del ADN, estos 4 componentes contienen múltiples elementos detallados, que en su totalidad ofrecen un espectro nutrido de posibilidades explicativas a nuestro Universo, a nuestras vidas.

Nuestra religión Yoruba, como él sostenía, no es solamente una espiritualidad como las demás religiones, es filosofía, es ciencia, es matemática. Como todo cuerpo de conocimiento constante, se transforma, y por ende, la frase “IFÁ evoluciona.”  O sea, que por definición no es dogmática.

Aún teniendo un cuerpo literario de IFÁ, el mismo se presta para más de una interpretación. No es estático, es orgánico, es viviente, es pasado-presente-futuro simultáneamente.  El Dalai Lama sostiene que la verdadera sabiduría del iluminado es ver cómo métodos inherentemente contradictorios no se contradicen. Por ejemplo, hay tradiciones budistas que sostienen que para la iluminación nunca se puede comer carne, otros permiten carne en su dieta. Otro método se aísla de todo en el entorno, mientras que hay otro que se integra a la naturaleza. Aún en su aparente contradicción metodológica, ninguno se contradice. Entender la no contradicción es sabiduría.

Similar al entendimiento de sabiduría del Dalai Lama, la religión Yoruba no se consume en la resolución de dicotomías ilusorias que al final de la jornada resultan inconsecuentes. Eshu-Eleggua es el maestro por excelencia de esta sencillez compleja Yoruba. A veces el remedio es la cura, y a su vez, el veneno que mata. Como la historia de los amigos que se pelean por definir la apariencia del viajero, idéntico a un debate tautológico, no hay resolución. El andamiaje espiritual, filosófico, científico y matemático permite analizar, entender, comprender y asimilar la sabiduría de IFÁ que por el Universo fue repartida. Se discierne su contenido por un lente caleidoscópico que no permite la supremacía de uno sobre el otro, si no más bien que la integración armoniosa de las partes exige de sus seguidores mucha paciencia y sosiego a la hora de hacer determinaciones categóricas religiosas.

Ogunda Lení decía: “Esta es una religión donde ponemos el 50%. El otro 50% lo ponen ell@s.”  Tomó algún tiempo entender la sabiduría detrás de esta frase. Eventualmente entendí que se refería que esta es una fe empíricamente verificable. Los ebboses funcionan, o no. En este contexto el cuerpo de IFÁ, además de contener lineamientos espirituales y filosóficos de nuestra fe, también contiene un elemento científico. Los ebboses documentados en el cuerpo de IFÁ se sugieren porque en un momento dado funcionó para resolver una situación en particular. No se sugieren por un principio dogmático, sino por una mecánica que da resultados que se pueden documentar. Tiene un elemento verificable y de reproducción así como en el entorno del laboratorio científico.

Las metodologías ceremoniales, rezos y moyubas que heredamos de nuestro linaje ancestral religioso se honran porque ese es el legado de nuestros antepasados que ha funcionado. Descartarlo con una información nueva y automáticamente asumir que los “viejos de antes no sabían nada” es una arrogancia generacional con un potencial de consecuencias nefastas. IFÁ es como una cebolla que se pela capa tras capa, y una vez se llega a su centro, no hay nada. Es un ciclo de nunca acabar. ¿Terminaste? Vuelve y empieza de nuevo. Consciente de ello, Ogunda Lení estudiaba rigurosamente todo elemento nuevo que le llegaba a lo largo de sobre 40 años de IFÁ; lo pasaba por un filtro filosófico, espiritual, científico y matemático. Si al final la nueva información se sostenía por sus propios méritos, se incorporaba en cuanto mejoraba y simplificaba de manera cualitativa el trabajo en cuestión. En medio de debates metodológicos aseveraba: “¿Para qué complicarlo? Si con esto resuelvo.” Consciente de la relatividad de la verdad categórica, Ogunda Lení no se obsesionaba en si algo estaba bien o mal sino más bien se concentraba en los resultados favorable o no de lo que se estaba discutiendo. Nos convidaba a pensar de otra manera, a utilizar otra lógica de la cual Orunmila y Eleggua son sus mayores exponentes. Esa forma distinta de pensar y analizar se basaba en la integración armoniosa y coherente de los fundamentos espirituales, filosóficos, científicos y matemáticos de nuestra fe.

Aunque este no será el escrito donde se entrará en detalle profundamente, el mismo sirve de reflexión preliminar para estimular el diálogo y entendimiento de nuestra fe de una manera seria. Próximamente, dedicaré tiempo para escribir sobre algunas relaciones simbióticas entre Espiritualidad, Filosofía, Matemática y Ciencia.

Awo Orunmila Oyekunbikalomi

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